En medio de la selva, los evangelistas capturados se entregaron a la voluntad divina; atónitos ante las oraciones de los forasteros, los nativos del lugar se miraron entre sí. Así fue como se cumplió la palabra bíblica y el verbo se hizo carne. Esa noche, la tribu caníbal quedó doblemente satisfecha, pues las súplicas y el cuerpo de los frailes, decían gustosos los comensales, sabían a pollo.
Semblanza del autor:
José Alberto Álvarez Moreno nació en la Ciudad de México en 1994, ha publicado en diferentes revistas de minificción y, actualmente, es docente de Lengua y Literatura en el Instituto de Educación Media Superior (IEMS).